lunes, 23 de agosto de 2010

Sobre islas, insumergibles boyas y veloces lanchas.


“Ningún hombre es una isla”

¿Sabes a que me refiero cuando hablo del estremecimiento que me sobrecoge ahora? ¿alguna vez te has sabido frente a una gran verdad que emerge frente a tu barca?¿y esa ansiedad que te obliga a tirarte al lago de dudas en que flotaste hasta ahora con miedo, nadar hasta ella y aferrarte a su cuerpo insumergible?¿esa respiración profunda que antecede a la calma en tu pecho?

No ser muy pragmático en el sentido filosófico es un problema, creer que no necesitas de una comprobación de lo que tu mente genera te hace tener una visión distorsionada de la realidad o incluso del pensamiento propio.

Puedes querer creer que con experiencias pasadas similares, tu intuición y tu lógica deducirás un futuro muy aproximado al que sucederá, pero lo cierto es que no es así.

Estamos equivocados en eso, por suerte no todos, hay individuos con, lo que a mi me parece, prodigiosa capacidad para actuar, que como súbitos relámpagos hacen lo que nosotros pensábamos hacer, quizás, dependiendo de los factores en la situación concreta, además de la dirección del viento y el ángulo de incidencia de la luz solar el mes pasado en la zona.

No digo que no piensen, de hecho lo hacen correcta y velozmente en casi todos los casos que he visto, pero si digo que acto seguido, porque la especulación no les basta o porque ni si quiera la plantean como real, actúan, (venciendo al terrible fantasma del miedo al fracaso) y es ahí donde ganan enteros sobre el resto.

Abre los ojos a tu alrededor, observa y busca alguno de ellos, cuando lo tengas aprende, absorbe y acércate a lo que es, desde mi punto de vista, un modo más pleno de percibir la existencia y sobre todo de vivirla.

Si eres uno o una de ellos enhorabuena, compártelo con el resto.

Y si resultara al final que somos islas, debemos estar dispuestos a conseguir una lancha motora, montarnos en ella con nuestras palmeras, nuestras rocas, nuestros arroyos y nuestras playas y hacer turismo por el archipiélago de individualidades. Dudo que no encuentres nada interesante, pero si así fuera, solo por sentir el viento en la cara en tu fuera borda de explorador valdrá la pena.

2 comentarios:

  1. Qué razón tienes al recomendar el uso de lanchas para explorar, a veces se está tan agusto en la casita de la playa... pero al leerlo me queda la sensación de que es algo que está de forma natural sólo en algunas personas.
    En mi opinión, todo el mundo en algún momento tiene algún miedo que le paraliza, pero sólo es cuestión de tiempo que descubra que las mejores recompensas llegan con los mayores riesgos (sí, tambien las mayores decepciones, pero me quedo con tu "viento en la cara")

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  2. "¿Y cómo huir cuando no quedan islas para naufragar?"

    Una vieja amiga

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