martes, 18 de noviembre de 2014

O que el palo de un churrero

Antes de empezar; supongo que es capricho, pero la falta de cariño me afecta en lo mas profundo.

Será superficial el querer un beso, un abrazo o una carantoña, pero se clava en lo mas nuclear de quien soy y me entristece la respiración y por extensión los caminares.


Que un dedo se deslice en mi mejilla, una mano y sus cinco jinetes del apocalipsis cabalguen por mi cabellera, que en un abrazo mi cuello se enrede con el de la mujer que me lo regala; ojalá supiera luchar por hacerlos derechos humanos.

La mirada intensa de una amante tras haber compartido todo, ese contacto que me posee y me ruega que no me vaya, ese suave impacto en el alma de los ojos que me miran con el deseo de lo único que existe en el mundo para ellos en ese instante y con la certeza de poseerlo.

El cálido latido del cuerpo que yace junto a mi si me despierto en medio de la noche, mi mano sobre un vientre de dulce apetito saciado, una larga cabellera que me encamina a un rostro deseado...

Y todo esto que el poeta buscó en lo más sincero de su ser para darle forma a aquello que no tiene el privilegio de acaudalar palabras que lo describan lo resume la sabiduría popular en "estás mas caliente que una fragua" que paradojas y que ovalada es la vida.

sábado, 15 de noviembre de 2014

Inolvidable

Hoy he descubierto que no es el azar
quien me hace olvidar
que no es casualidad inapreciable
que nunca haya usado la palabra "inolvidable"

Hoy hablo de ti como de otra
y todo lo importante ya no importa
hoy ya no recuerdo ni tu nombre
y no me reconozco en aquel hombre

Hoy sin proponermelo he firmado
el contrato que te exilia en el pasado
Hoy ha surgido una muralla
que divide a quien recuerda y quien se engaña
Hoy ya no estoy enamorado
porque nunca en el pasado
he besado yo  a una maña.

domingo, 9 de noviembre de 2014

Me da miedo

Me da miedo la gente a la que miro a la cara y ya puedo ver como envejecerá, me da miedo ver tanta gente que se sorprende de la gentileza. Me horrorizan las dobles caras, las amistades hasta que uno necesite pisar.

Me da miedo la mirada esquiva, la evasión del saludo, me paraliza el egoísmo encubierto de hermandad,
me dan miedo las bestias que caminan a dos patas, me hace temblar la eterna pedida de ayuda de aquel que viendo que la das aun sin necesitarla la solicita hasta consumirte.

Si fuera viejo diría "ya no hay educación" pero no la hubo en aquel que hace 20 años tuvo 12 en sus carnes y si no la tuvo entonces no la tiene ahora. Lo mismo pasa con los mayores, siempre me dije "respeta a los mayores" pero qué borregos hay por ahí vestidos de arbol viejo que no tienen nada en sus anillos si hoy mismo les cortaran.

Me da miedo lo poco bueno que hay, avanzo a veces millones de metros sin encontrar una flor, un manantial, o un reflejo de sol en la travesía; se me marchita el corazón y caigo al suelo y tengo claro que si caigo prefiero quedarme ahí y morir que levantarme como hacen tantos, con una falsa vida dada por un falso aliento sin un corazón sano que palpite por algo digno. No voy a ser esa hiena, ese automata, ese maniquí ni esa marioneta de los que dijeron que hay que hacer.

Por eso me aferro a ti, la de la bella sonrisa siempre que me ves, a ti el del cordial saludo no importa en que circunstancia, a ese segundo que me regaló aquel sosteniendome aquella puerta, a tu preocupación por si iba demasido cargado, a vuestro "¿cómo estás?" cuando me visteis con aire triste. Me agarro al manotazo en la espalda y el "todo va a ir bien" de después, me quedo en el calor de aquel abrazo al verme. Me enamoro de la vida otra vez en esa mirada tímida que me regaló sin querer decir nada pero llena de puntos suspensivos.

No necesito más que mis manos para contarlas, pero me he hecho una tienda de campaña colgante en esta cuesta que es la vida que a veces se convierte en muro como respondiendo a la "fisica de las emociones" que no se estudia en bachillerato, o a la "geografía y cambios orográficos de una vida" no ofertada por ninguna universidad hasta el momento.

Son siete, a veces cinco, han sido menos, nunca muchas más, pero de cada una de ellas cuelga mi tiendecilla, sois mis ferreos clavos, y os necesito, porque si no ¿cómo podría aguantar yo aquí arriba?

Hace frio, voy a cerrar la cremallera. Espero que mañana siga aqui para seguir adelante, arriba o donde sea, pero mi tienda no se sostendrá nunca con oscuros y torcidos clavos negros. Prefiero caer. Porque caer también significa empezar.

sábado, 8 de noviembre de 2014

Hay otros mundos 2

Hay que entender que no soy científico y que por lo tanto mi aproximación a estos mundos a traves de la propia experiencia ha sido probablemente sin los conocimientos necesarios para sacar conclusiones cuantificables tangibles o simplemente evidencias de que son reales, aunque yo lo sé.

De ahí que muchos de los hechos que a partir de ahora narre sean a veces meras cojeturas y otras una cristalina descripción de los observado sin ningun añadido personal. Todo dependerá de la necesidad que tenga de completar aquello que me falta para enteder lo que he visto, sacando conclusiones de los casos mas evidentes para buscar paralelismos en los otros.


martes, 4 de noviembre de 2014

Hay otros mundos

Hay otros mundos, están siempre ahí sin que ahí sea tiempo o espacio, pues no responden a nuestra fisica ni nuestra mecánica de la manera directa que cabe suponer.

Sus tiempos frente a los nuestros son relativos, un segundo a un milenio, una hora a un año, una vida a un segundo, una eternidad un pestañeo etc

Los pesos y volumenes son completamente arbitrarios en su relacción y la presión de una mano al estrecharse con otra puede suponer el desplazamiento de unas placas tectónicas (intentemos introducir la relatividad del tiempo y veamos que el segundo que dura el apretón de manos son milenios de lento desplazar en otro mundo)

Otro ejemplo, un edifico que cae igual que en otro mundo una varita de incienso consumida se derrumba sobre si misma hecha ceniza.

continuara...