Es un quiero ser,
es un quiero estar,
es un quiero volar,
y no se ni despegar.
Es mirar y no ver,
es oír y no escuchar,
es tocar y no sentir,
es vivir sin respirar.
Es un quiero y no puedo,
es vivir de soñar,
soñando grandes sueños,
que nunca alcanzarás.
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Adri, ¿qué tal? ¿qué ocurre? Vaya unas palabras que tienes por ahí escritas...
ResponderEliminarCreo que lo que necesitas es venirte a Ávila a vernos que nos tienes abandonados...
Es difícil leer esto y no sentir que quizá estando más cerca, en la misma ciudad, con unos litros y unas pipas, pudiéramos compartir esas soledades, como hemos hecho tantas otras veces (intentando arreglar nuestro mundo a las 4 a.m., en un banco, donde ocho horas después se sentarían unos padres, mirando sin mirar a su hij@ columpiarse).
Sabes, no hace falta que te lo diga, que aunque nos separe una distancia considerable, siempre estoy de tu lado. Pensamos cosas muy parecidas, tenemos valores similares y no he de decirte que me encuentro realmente agusto cuando conversamos virtualmente o físicamente (aunque prefiero esas pipas de por medio). Anímate. Un fuerte abrazo amigo, Mati.
Acabo de leer un retrato. Un retrato que parece hecho de grises, en negro más o menos oscuro donde no puede llegar el blanco que ilumine el cuadro. Preciosa impotencia.
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