viernes, 15 de abril de 2016

Acaramelada

Acaramelada, recogida por la cintura de manera férrea por su novio que se apoyaba sobre el muro, oculta de las miradas del resto del parque ella le miraba a los ojos; qué dulzura, qué pocas primaveras, cuanto amor. Le miraba y con la más tierna de las voces, desplegando su melenta con un grácil gesto de cabeza le preguntaba:
-Entonces¿el saxofón es igual que la flauta pero cambian los bemoles y los sostenidos?
Se entrevió entonces en él un atisbo de duda pero rapidamente la testosterona fue al rescate.

- No... Para mi lo que es más facil es leer en...

Mis pasos me habian alejado ya demasido para poder escuchar nada más que un susurro ininteligible de aquella estampa. ¿leer en clave de do?¿leer en clave de sol?¿quizás leer en la cama?
Ya núnca lo sabría. Pero me iba pensando una cosa, que poco importa el contenido si el continente es amor. O dicho de otra manera: la cantidad de mamarrachadas que soltamos con tal de rellenar incomodos silencios que en verdad hablan por si solos.
Qué pocas primaveras. Qué pocas nos tocan, quiero decir, nos vamos casi sin aprender nada.

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