martes, 18 de noviembre de 2014

O que el palo de un churrero

Antes de empezar; supongo que es capricho, pero la falta de cariño me afecta en lo mas profundo.

Será superficial el querer un beso, un abrazo o una carantoña, pero se clava en lo mas nuclear de quien soy y me entristece la respiración y por extensión los caminares.


Que un dedo se deslice en mi mejilla, una mano y sus cinco jinetes del apocalipsis cabalguen por mi cabellera, que en un abrazo mi cuello se enrede con el de la mujer que me lo regala; ojalá supiera luchar por hacerlos derechos humanos.

La mirada intensa de una amante tras haber compartido todo, ese contacto que me posee y me ruega que no me vaya, ese suave impacto en el alma de los ojos que me miran con el deseo de lo único que existe en el mundo para ellos en ese instante y con la certeza de poseerlo.

El cálido latido del cuerpo que yace junto a mi si me despierto en medio de la noche, mi mano sobre un vientre de dulce apetito saciado, una larga cabellera que me encamina a un rostro deseado...

Y todo esto que el poeta buscó en lo más sincero de su ser para darle forma a aquello que no tiene el privilegio de acaudalar palabras que lo describan lo resume la sabiduría popular en "estás mas caliente que una fragua" que paradojas y que ovalada es la vida.

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