domingo, 15 de abril de 2012

Fotografías de lo imborrable


Era cualquier noche de un año que ahora solo existe en la memoria de algunos, un año maravilloso por tantas razones.

Como decía era cualquier noche de aquel año y en la ciudad del viento, el frió aullaba fuera acariciando las ventanas con su sibilina voz.

Era aquel salón de paredes de cristal igualmente ajeno para los dos cuerpos que yacían cubiertos por una manta, dormidos en un pequeño sofá que albergaba acurrucado en una de sus paredes. Y tímidas eran las velas que luchaban por golpear con su luz a cada sombra, vencido ya su avatar, convertido, otrora fuego fulgurante, en polvo y cenizas, allá, en la chimenea.

Bandejas saqueadas y platos vacíos adornaban la superficie de la larga mesa que ocupaba el centro de la estancia y una botella de lambrusco reposaba desangrada por un crimen pasional.

Y cuando el viento no gritaba se escuchaban dos respiraciones que a veces eran solo una.

1 comentario:

  1. Hace tiempo que no sé de ti.

    Espero que la vida te trate bien y que sigas aprendiendo y empapándote de nuevas experiencias a un ritmo frenético.

    Se te echa de menos, aunque parezca tras la cortina del día a día que no. Las quedadas para dar una vuelta, tomar un café, comer unas pipas o bolsas de patatas, una cena, una peli, una pipa de agua,...

    Disfruta y recuerda, estoy aquí si es que algún día te hago falta.

    Un abrazo.
    M.

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