martes, 30 de marzo de 2010

Regreso


Viaje para acá y viaje para allá, nunca estar en ningún sitio y si se está tener la cabeza en otro lado, horas asesinadas cruelmente dejándolas caer en la vía del tren o bajo la rueda del autobús en el que nos movemos en una dirección en la que desde nuestra inmensa ignorancia de viajeros dependientes de aparatos, señalizaciones y vías de servicio no sabemos movernos ni siquiera con el acierto de un beduino del desierto ciego.

Horas menores de edad también secuestradas o perdidas en estaciones o que las ves pasar y llevan otra ropa, otro color de pelo; esperando a que a un lugar le acompañe un numero, esperando a que nos digan donde esperar.

- ¿Para qué tanta agonía con descuento de carné joven?-Para volver.

Pues no importa lo lejos que vayas o las silabas que tenga en su nombre el lugar a donde quieres ir, no importa lo bellas que son algunas secretas calles de ese sitio o lo mágica que se vuelve su muralla cuando en invierno la cubre un manto blanco, no importa el aire helado que purifica tu alma al salir de la estación incluso en primavera, mil millones de cosas más y no importan, detalles de cada viaje y de cada viajero.

La esencica es el regreso, encontrar donde poner un punto a parte o seguido en todo lo anterior, cerrar un circulo grande o uno menor, disfrutar intensa y furtivamente del breve instante de tiempo que separa la inspiración de la espiración de nuestro devenir, cuando parece suspenderse el tiempo. Pues el corazón no va a parar de latir hasta el final pero tampoco echará en falta esos instantes que le robamos al sistema en los que aprovechamos para lamernos las heridas ver que atrás todo fue bien y limpiar las lentes para trazar correctamente la curva del siguiente círculo.

1 comentario:

  1. Adrián!! Al final qué fue de tu estancia en Ávila? Yo no pude quedar contigo ya que tenía el lunes por la tarde (y hoy también) Escuela de Idiomas... Apenas nos vimos, apenas tomamos un trifásico en un bar retirado de la ciudad donde ni siquiera las paredes oyen. Necesitaba ese café, esas litronas en el parque, esa excusa que me hubiera permitido conversar contigo tranquilo.
    ¿Te fuiste con Isaac para Zaragoza? Por aquí por Ávila ya te estamos esperando de nuevo. Creo que sí que sabrás quién soy, sino te diré que tenemos una forma de pensar muy parecida.
    Un abrazo amigo!

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