sábado, 22 de octubre de 2011
Distancia asesina.
Espérame -dijo él-
Pues no es el tiempo tan largo.
-Gritó ella- ¡Abrázame!-
agotada por el llanto.
La distancia se estiró,
adiós tiempo dado en ratos.
A parecer algo comenzó
lo que antes no era tanto.
-Espérame…- balbuceaba
al tomar su fría mano.
Ella yace en el diván,
en su lecho derramadas
las cartas de aquel verano
que decían que se amaban
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