Me dije que lo había hecho como había querido, me dije que yo decidí momento, lugar y palabras.
Me repetí que era eso lo que pretendía y que lo había logrado. Me lo creí y sin embargo sentí que algo quedaba por hacer cuando perdí el contacto con sus dedos, uno a uno.
Allí, en el espacio que dejamos entre nuestras dos figuras separándose, se quedaba algo, quizás algo que hacer, quizás algo que decir, no lo sé, pues no logré que sucediera.